Si supiéramos que el futuro está escrito en un libro, ¿no
correríamos detrás de él -del libro y del futuro- para que se
cumpliera?
El destino sería un
camino por recorrer. Pero, ¿nuestro, o de quien lo escribió?
Y tendría un fin,
¿a corto o a largo plazo?
Son todo
incertidumbres.
Lo que ciertamente no lo será, es que tengo la certeza de que más
de uno en pleno trayecto olvidará lo que estaba persiguiendo. O que
otros encontrarán su meta en una parada.
Y que eres tú y solo tú, quien decide si seguir en la misma
dirección o coger un desvío; si tomar un atajo o recorrer el camino
más largo; si atravesar un túnel o cruzar un puente; si hacer la
misma ruta o cambiar de itinerario.
En definitiva, eres tú el que continúa, se detiene o retrocede. El
que sigue hasta el fin o el que vuelve al punto de partida. El que
parte, o el que se queda dónde está.
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